Niña con globo de Banksy (2002) |
Leí por ahí que tarde o temprano le tocará a alguien de la familia patear el árbol genealógico
Convengamos
que no se trata de ser una especie de súper héroe o heroína familiar. Todo lo
contrario… a quien le toque romper patrones arraigados por quizá cuántas
generaciones, se encontrará con muchas lágrimas, rabias e incomprensiones. Algo
parecido al camino solitario del guerrero que deserta, que abandona, que se
rebela.
El tema es…
Si
te sientes libre de trancas, agradece hasta a la última estrella del universo
porque no cargas con traumas y dolores de infancia o aún más maravilloso…
lograste superarlos. Si te has convertido en un adulto saludable tanto en alma
como en mente, abraza a tus padres y agradéceles con el corazón porque
seguramente fueron ellos los que patearon el árbol genealógico y te liberaron
quizá de cuánta carga emocional y cultural.
Pero me atrevería a decir que lamentablemente no es el caso de la gran mayoría de nosotros
Es
que son muchísimas las conclusiones en el plano de la salud mental con respecto
a cómo las vivencias en nuestra infancia nos marcan y nos desvían el camino de
vida, que determinan qué clase de adulto llegaremos ser y qué tipo de vida
llevaremos.
Llegó
a mis manos un libro tremendamente poderoso para el trabajo terapéutico, para
comenzar a comprender y por consiguiente sanar a mi niña interior, para iniciar
el difícil camino de desenredar cada uno de los hilos de la madeja de la
infancia. Esos nudos que permanecieron en la vida adulta y que impiden
descubrir el verdadero yo. El Drama del niño dotado en un clásico de la
psicología infantil y contiene décadas de experiencia de la psicoanalista
nacida en la Polonia de los años 20, Alice Miller, quien movió los cimientos
para la comprensión de los trastornos mentales y enfermedades como la
depresión.
https://www.planetadelibros.cl/libro-el-drama-del-nino-dotado/313165
El niño dotado es quien ha sufrido, en mayor o menor medida, algún tipo de maltrato o abuso
Abandono,
negligencias, falta de afecto o trastornos mentales de los padres, generalmente
no tratados, que se transmiten como una herencia familiar que pareciera ser
inevitable… pero no lo es. Allí la importancia de patear el árbol, tan fuerte
que no quede duda que la carga llega hasta aquí y no se le permitirá avanzar ni
un paso más. ¿Cómo? Haciéndonos cargo de nuestros traumas y dolores, abrazando
a nuestro niño o niña y diciéndole que ya pasó y que ahora debemos hacernos
cargo, que no podemos vivir culpando y culpándonos o negando el dolor.
Pueden pasar décadas de bloqueo emocional hacia un trauma
La
mente es tan poderosa y sorprendente que realmente podemos seleccionar
recuerdos y formarnos la historia que más nos acomode porque duele menos y en
eso la familia hace su parte. Porque
también necesita bloquear el dolor y la memoria selectiva juega un gran papel
en la construcción de la historia que comparte el grupo.
El
“problema” es que tarde o temprano y por las cosas de la vida, esos dolores
saldrán a la luz para recordarte lo que has intentado ignorar y el golpe nunca
es suave, sino que llega como un tremendo portazo en la cara. Cada vez que
alguna situación difícil de la vida, te vuelve tan vulnerable como ese niño o
niña que quieres negar.
Mi
niña herida se aparecía siempre en pesadillas. La misma pesadilla, año tras
año, hasta que esas pesadillas se transformaron en ataques de pánico, tan
fuertes que realmente me quedaba sin oxígeno. Luego los ataques no fueron sólo
a mitad de la noche sino a plena luz del día. Luego en situaciones de
vulnerabilidad, donde dejaba de ser la mujer adulta y segura para transformarme
en una niña indefensa de 40 años. Y así las jaquecas, los ataques de angustia,
las ganas de desaparecer… En fin, así llegamos a la depresión severa y desde
allí, ya se sabe, sólo queda salir.
Una
de las cosas más maravillosas del trabajo terapéutico es ver como al sacar cada
una de las capas igual que una cebolla, van apareciendo fantasmas que al
mirarlos de frente desaparecen. Creo que es lo más parecido a un exorcismo del
alma.
Escuchar finalmente a mi niña fue lo único que la dejó descansar
Y
ya no necesitó visitarme en los sueños para decirme que no la olvidara y que no
la ignorara más. Nunca olvidaré que en la última pesadilla que apareció no me
angustié porque sabía lo que le tenía que decirle, lo sentí en lo más profundo
de mi alma y se lo dije, me lo dije, y la abracé… me abracé como nunca. Así
terminó ese sueño perturbador que me dolió por muchos años. Hoy mi niña está
tranquila, en proceso de sanación. En un lugar seguro, aceptada, protegida,
amada y escuchada. Y la adulta… la adulta siempre estuvo bien porque es fuerte
y valiente gracias a esa niña que a pesar de todo siempre pudo volver a
sonreír.
Es tal cual lo que relatas , es cuestión de enfrentar a esos fantasmas de frente para poder sanar por más que duelan . Una historia colmada de valentía. Es verdad que cuando uno omite ciertas situaciones , en algún momento de la vida , te toca enfrentarlos la larga , pero esta en uno mismo saber que hacer o elegir para sanar y seguir adelante. En este caso la niña linda decidió seguir y hacerce cargo, que me parece que su elección de vida fue la mas acertada . Me gusto mucho en la forme sutil que redactarse este relato y con buenos consejos que dejan una linda enseñanza .
ResponderBorrarAsí es Romi querida. Que alegría saber que te gustó este artículo. Un gran abrazo.
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