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Mostrando las entradas con la etiqueta sanar

Del dolor a la pasión por crecer juntos

El Paseo de Marc Chagall, 1917. Nos pega una profunda crisis de salud mental y no deja de alarmarme la opinión de los expertos que con sus diagnósticos y cifras nos cuentan que el nivel global de depresión, estrés y ansiedad, sobre todo en nuestros adolescentes es preocupante. Es decir, vivimos con un profundo dolor y no puedo evitar la pregunta... ¿Qué está pasando con el mundo emocional? Me aparece de inmediato la idea que, en gran medida, vivir con dolor se debe a una pérdida del sentido de la vida, darme cuenta de que mi alegría nunca estuvo en lograr objetivos materiales sino en tomar conciencia de lo que necesito, no sólo para lograr comodidades materiales sino vivir en plenitud con mis emociones. Hay relaciones que destruyen y otras que salvan Por eso observo a mi compañero de vida y me hago nuevas preguntas: ¿Qué nos une? ¿Las metas materiales? ¿el sentido de vida o un propósito compartido? Parecen preguntas complejas, pero me doy cuenta de que no lo son tanto, si tomo en cuent...

Los años de horror en el MINVU

  "Justice du monde" de Violeta Parra, 1965 Por mí y por todos mis compañeros Si pienso en los buenos momentos de mi vida profesional, de inmediato recuerdo la gente, los vecinos, los amigos, con los pies en el barro en los campamentos ayudando en las mudanzas, las risas en Boca Sur, los recorridos por todo Biobío, La Araucanía y la Metropolitana, viviendo junto a las familias la alegría de su nueva casa o los cambios en sus barrios.  Es que era imposible no hacerse parte de las historias que como periodista construía junto a ellos. Sin duda fueron 15 años de una carrera hermosa, tensa muchas veces, pero llena de momentos que formaron en mí una vocación de servicio y conciencia por el otro. Sí, las cosas cambiaron en 2018, un vuelco que convertía en realidad el temor ante cada cambio de jefatura pero que hasta entonces no me había tocado vivir. Con cinco periodos presidenciales y una infinidad de autoridades de turno con las que me había tocado trabajar, no imaginé que co...

Volver de la oscuridad

  Flotando en el agua, Carlos Congregado (2013) Como una criatura que aprende a caminar… ¿Cuántas veces en la vida te debes volver a levantar? Nadie sabe cuántas caídas le tocará enfrentar y dicen que eso no es lo importante, que da lo mismo los tropiezos, las sacadas de cresta o el dolor de las heridas, que la gracia de vivir es saber sacudirse, limpiarse y seguir. Continuar una vez más, con las lecciones aprendidas. Como ese ser pequeño que a punta de tropezones logró andar y abrirse camino entre un montón de dificultades para después correr, saltar, trepar y avanzar. Sin duda, para mí, vivir en depresión ha sido la caída más difícil hasta ahora. Quedar con el cerebro y el alma literalmente fundidos es por lejos una prueba tan re difícil que son muchos los que no logran superarla a costa de la propia vida o de cargar con esta enfermedad como una cadena perpetua. Por más que leo, estudio y tapo en preguntas a mi terapeuta, la depresión no me deja de sorprender por lo cabrona que...

Tu amor me sana

Mis abuelos, mis padres y yo de Frida Kahlo (1936) Hoy mis viejos cumplen 50 años de matrimonio y es un hito que me llena el alma, sobre todo al sentirlos a ellos tan emocionados por tal vez, el aniversario de bodas más especial en este andar en pareja. Y a mí no me queda más que observarlos, una vez más sorprendida, tratando de entender otra de sus tremendas lecciones. Y ojo… que no pasa por el típico “oh qué maravilla 50 años juntos, ¿Cómo lo lograron?” o un restregón en la cara de tolerancia y amor sobre todo a los que llevamos dos matrimonios a cuesta y vaya a saber Dios cómo termina la cosa.  No va por ahí y eso lo tengo claro. Sobre todo, porque el “tema de pareja” nos costó con mi mamá, décadas de discusiones, lágrimas y rebeldías que más de algo tuvieron que ver con mis quiebres de relaciones y situar el rol que más me acomodaba tener en una relación de pareja. Y es que estamos hablando de tal vez, la mayor brecha generacional existentes en el linaje y es que entre mi mam...

Tal vez el invierno no sea tan malo después de todo

  Ese momento del año cuando mi cerebro comienza a darse cuenta de que la luz se irá  Esos días donde aparecen las nubes, el atardecer llega de golpe y corre una brisa fresca, y es que se viene el otoño y con él, ese famoso invierno. Es que jamás podré ser inviernista y no por elección sino por naturaleza. No sé, tal vez en mi mapa genético tengo algo de gato o roedor, bastante de oso o cualquier otro animal que necesite hibernar.  ¡Tal cual! Hacerse bolita y con la panza llena, dormir hasta que el sol vuelva a brillar Pero, aunque quisiera tener un pelaje tupido tendré que conformarme con mis mantitas, mi eterno amigo el guatero, chocolate caliente y el calor del fuego porque, aunque todo en mí me mande directo a una cueva a dormir por meses, ¡simplemente no puedo hacerlo!  El Trastorno Afectivo Estacional es una cosa bastante seria y como en la mayoría de los cuadros depresivos… voila, afecta más a las mujeres. Es que como si ya no tuviésemos suficiente con que lid...

El guardián de mi alma

  The Red Umbrella de Christina Forshay El camino de la sanación es largo y se toma todo su tiempo Además hace que te tropieces, retrocedas, saltes y a veces incluso te deja correr, pero eso último es lo menos permitido. Sin duda, no es el mejor panorama para una persona ansiosa pero ni modo… sanar es como gestar. No se puede apurar, sólo cuidar, alimentar y amar ese renacer. Pero ¿Quién cuida el alma?  Para algunos, sin duda, esa tremenda labor puede recaer en manos de un ser divino, en los astros o en esas personas amadas que esperamos nos protejan. Algunos incluso pueden llegar a ser tan optimistas y pensar que un amigo, colega o vecino está ahí para cuidar ese espacio tan delicado y sutil como lo es nuestro estado de ánimo. Y es muy, muy posible que eso ocurra, ¿Quién no se ha visto salvado gracias al buen consejo de un amigo? O puede ser que no, entonces… ¿realmente podemos depender de otros para que nuestra alma esté a salvo? No esperes que lo haga el resto  Ay...

Heridas de infancia y el árbol familiar

  Niña con globo de Banksy (2002) Leí por ahí que tarde o temprano le tocará a alguien de la familia patear el árbol genealógico Convengamos que no se trata de ser una especie de súper héroe o heroína familiar. Todo lo contrario… a quien le toque romper patrones arraigados por quizá cuántas generaciones, se encontrará con muchas lágrimas, rabias e incomprensiones. Algo parecido al camino solitario del guerrero que deserta, que abandona, que se rebela. El tema es… Si te sientes libre de trancas, agradece hasta a la última estrella del universo porque no cargas con traumas y dolores de infancia o aún más maravilloso… lograste superarlos. Si te has convertido en un adulto saludable tanto en alma como en mente, abraza a tus padres y agradéceles con el corazón porque seguramente fueron ellos los que patearon el árbol genealógico y te liberaron quizá de cuánta carga emocional y cultural. Pero me atrevería a decir que lamentablemente no es el caso de la gran mayoría de nosotros ...

No me quebré una pata, esta vez fue el alma

Como toda enfermedad, la depresión también requiere atención médica, fármacos, mimos y tiempo para sanar “Así como cuando te quiebras una pata”, le dije a unos amigos hace poco, siempre con toda naturalidad. Es que aún se sorprenden y más me sorprendo yo con la reacción de ellos, por lo fácil que cuento en público lo que me pasó hace más de 1 año, que sentí o que viví cuando me internaron de urgencia en la clínica psiquiátrica. Tal vez es simple curiosidad por una experiencia que se oculta, que da vergüenza, que está llena de mitos y prejuicios. ¡Pero qué va! Ahí es cuando insisto… si puedes contar sin problema porqué andas con bota ortopédica y cómo fue que te quebraste la pata, ¿por qué no puedes contar con la misma tranquilidad que se te quebró el alma y que por eso se te apagaron los ojos y la sonrisa? La depresión es una enfermedad realmente canalla y haberla mantenida oculta en las tinieblas es lo que más ha permitido su crueldad Vivir una pandemia nos desestabilizó bastant...