The Red Umbrella de Christina Forshay |
El camino de la sanación es largo y se toma todo su tiempo
Además hace que te tropieces, retrocedas, saltes y a veces incluso te deja correr, pero eso último es lo menos permitido. Sin duda, no es el mejor panorama para una persona ansiosa pero ni modo… sanar es como gestar. No se puede apurar, sólo cuidar, alimentar y amar ese renacer.
Pero ¿Quién cuida el alma?
Para algunos, sin duda, esa tremenda labor puede recaer en manos de un ser divino, en los astros o en esas personas amadas que esperamos nos protejan. Algunos incluso pueden llegar a ser tan optimistas y pensar que un amigo, colega o vecino está ahí para cuidar ese espacio tan delicado y sutil como lo es nuestro estado de ánimo. Y es muy, muy posible que eso ocurra, ¿Quién no se ha visto salvado gracias al buen consejo de un amigo? O puede ser que no, entonces… ¿realmente podemos depender de otros para que nuestra alma esté a salvo?
No esperes que lo haga el resto
Ayer me dijeron la frase clave que necesitaba en estos momento “no esperes que tu jefa venga y te diga, no trabajes tanto, ven y descansa un rato”. (Ay Feña gracias! Cómo sabes decirme las cosas) Hoy, por mis amigas con COVID, recordé cuánto desee enfermarme el 2020 para irme a una residencia sanitaria y poder descansar al fin de la larga tortura de un jefe maltratador. Bueno, no fue una residencia sanitaria donde me internaron poco tiempo después precisamente, pero lo bonito del otro lugar es que allí, justo en esos jardines antiguos en Macul, comencé mi proceso de sanación.
Pero qué triste llegar al punto de agradecer la enfermedad para poder parar, para descansar, mirarse y mirar lo que nos rodea, disfrutar de los momentos gratos y de pequeños detalles que nos llenan el alma. No podemos esperar que vivir en conciencia plena sea a la fuerza y a punta de porrazos. Idealmente no deberíamos esperar a reventar y colapsar para comenzar a cuidarnos.
Esa parte nuestra tan sensible y delicada
Es que el alma no es cualquier parte de nosotros, no es como la cabeza o el estómago que te avisan de inmediato que algo no está bien. No, no. El alma es callada, tímida, sensible y aguanta muchísimo pero cuando se quiebra por Dios que toma tiempo y esfuerzo repararla.
Estoy aquí para cuidarme
Allí la importancia del guardián, ¿Quién debe cuidarla realmente?. Nadie más que nosotros mismos, quienes tenemos el verdadero poder de protegernos y tomar las decisiones necesarias como los verdaderos guardianes del mayor tesoro, nuestra alma. Sin duda, a diario ocurren situaciones que nos alteran, nos angustian y nos pueden llevar a un desbalance emocional pero como seres humanos tenemos la capacidad de pensar, sentir y sacar fuerzas de flaqueza para levantarnos y continuar.
Pero no seguir a la fuerza de los pesares, sino escuchándolos
Hacerle caso a la intuición, a sacar todas nuestras armas y herramientas psicológicas, tomando decisiones, siendo amables y leales con nosotros mismos. Apapachándonos, cuidándonos y defendiendo nuestra salud mental con la misma fuerza como lo haríamos si alguien viniese a tirarnos encima alguna sustancia letal.
Escuchar nuestras propias alertas, ¿Quién mejor que nosotros mismos para saber que algo no anda bien?. Nunca más “aguantar”, nunca más dejarnos llevar hasta el límite porque ya lo aprendimos, sabemos de sobra a dónde nos lleva la sobre exigencia y de ese punto no se sale fácil.
Nunca más dejar para después lo que nos hace ruido HOY, y nunca más sentirse culpable por parar cuando todo en ti dice: Basta! ¡No puedo más! Cuando todo lo que necesitas es abrazarte y decirte “ven, siéntate aquí, mira qué rico se siente el sol en este momento. Para un ratito y disfruta, regalonéate con este descanso. Lo haces excelente pero ahora tómate un tiempo para ti, te lo mereces”.
QUERIDA HIJA.. despues de leer tus relatos, comprendo dos cosas .: PRIMERO me alegra tu sanacion SEGUNDO . descubrir en ti el don de comunicadora asociado a la buena voluntad de compartir la experiencia poara alivio de de muchos que necesitan salir de la depresion.... Te has encaminado a hermosa mision Felicitaciones TUS PADRES.
ResponderBorrarSi logro aportar con un granito de arena para dar a conocer más sobre esta enfermedad, me doy por pagada. Gracias viejito, te adoro.
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