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Tu amor me sana

Mis abuelos, mis padres y yo de Frida Kahlo (1936)


Hoy mis viejos cumplen 50 años de matrimonio y es un hito que me llena el alma, sobre todo al sentirlos a ellos tan emocionados por tal vez, el aniversario de bodas más especial en este andar en pareja. Y a mí no me queda más que observarlos, una vez más sorprendida, tratando de entender otra de sus tremendas lecciones. Y ojo… que no pasa por el típico “oh qué maravilla 50 años juntos, ¿Cómo lo lograron?” o un restregón en la cara de tolerancia y amor sobre todo a los que llevamos dos matrimonios a cuesta y vaya a saber Dios cómo termina la cosa. 

No va por ahí y eso lo tengo claro. Sobre todo, porque el “tema de pareja” nos costó con mi mamá, décadas de discusiones, lágrimas y rebeldías que más de algo tuvieron que ver con mis quiebres de relaciones y situar el rol que más me acomodaba tener en una relación de pareja. Y es que estamos hablando de tal vez, la mayor brecha generacional existentes en el linaje y es que entre mi mamá y yo, y qué decir con mi papá, tenemos unas diferencias de mentalidad espeluznantes y que con todo el inmenso amor que nos tenemos, me ha alejado de ellos en más de alguna etapa de mi vida.

Y ahí es justamente a donde quería llegar. He posteado en varios textos sobre la necesidad de romper patrones familiares, reaprender, reprogramar mensajes e incluso con algo de dolor y porque no decirlo, con ira, he repetido el concepto de "patear el árbol genealógico” como una forma de graficar lo importante y fundamental que resultar romper para sanar.

Sé y lo comprendo perfectamente porque también soy madre, que resulta tan doloroso reconocer que podemos herir a nuestra prole, que algo pasa en nuestra mente que nos hace inmediatamente negarlo y de verdad lo comprendo. Sobre todo, cuando se trata de daños inconscientes, no deliberados, mucho menos intencionados, sino más bien producto de creencias que siempre sentimos correctas porque también es lo que nos enseñaron, lo único que hemos visto, comprobado, vivido… y para bien o para mal, es lo que sabemos y reconocemos como una verdad.

Como padres y madres nadie está libre de cometer ese error

¿Error? Pero porqué error, si es lo que me enseñó mi abuelita que era tan sabia; lo que siempre me repitió mi mamá, lo que vi en el colegio, lo que escuché incansablemente a la tía, a la vecina y a la suegra con sus juicios apresurados que dichos “desde el amor”, no fueron más que coartando nuestra propia libertad de conciencia, potenciales, creatividad, talentos y amoldando nuestra mente a imagen y semejanza de la cultura en la que nos tocó vivir. Si eso no genera un poco, aunque sea un poco, de inquietud y algo de temor, pues bien. Pero lo que es a mí, me da hasta escalofríos pensar que mi alma nació libre y llena de poder y que con el paso de los años se fue adaptando a un molde que la limita.

Pero bueno, para no irnos a un tema que da para otro posteo aparte

Desde el profundo amor de mi papá y mi mamá hacia sus cuatro vástagos, que ya de jóvenes no tenemos nada y más que un brote, parecemos un tumor adherido a ellos, también he podido comprender y sanar la herida. Mi propio vía crucis que hoy ya tiene que ver más conmigo que con los “errores” de mi linaje. Que hoy no los tomo como mensajes equivocados o “parásitos intergeneracionales” o algo más aterrador. Nada más simple que esto… es la experiencia que le tocó vivir a cada generación, en la época, cultura, género, capacidades y herramientas que fueron posible y ya. No me cabe duda que hace 50 años atrás, mis viejos comenzaron su peregrinaje de formar familia como mejor pudieron hacerlo, con todo el apoyo y conocimientos que tenían a la mano, pero sobre todo con una intuición y profundo amor que es sólo de ellos, de su esencia y que vive en lo profundo de sus almas. Y por eso los honro y les agradezco. Por eso los respeto, los admiro, pero sobre todo los amo. Desde todos lo errores que pudimos cometer, porque paremos un segundo y atención… si se trata de meter la pata, vaya que los hijos llevamos la delantera.

Y si se pudiera hacer cátedra sobre los hijos tumores, mis viejos serían los líderes en las charlas TED

Pero hasta en eso se siente el amor infinito hacia su descendencia, porque jamás reconocerán, o tal vez si y no nos enteramos, que a su avanzada edad aún deben cargar con las entradas y salidas del drama de turno de cualquiera de sus hijas e hijo. Y tal vez ahí está la magia del linaje, porque sino realmente no veo por donde encontraríamos el valor de perpetuar la especie.

Y es que sólo con el amor, ese amor que no se puede comparar con ningún otro, el que supera cualquier error o imperfección, es el que nos permite sacudirnos y continuar. Ese inmenso amor que supera traumas y sana heridas profundas.

Ese amor incomparable que capta más serotonina que cualquier antidepresivo, que te dice “me puedo equivocar, pero no olvides jamás que eres lo más importante para mí”, ese mismo amor generoso que te insiste que no quiere ninguna celebración de bodas de oro porque sabe que no tienes ningún peso en este momento, que prefiere esperar a cuándo sus hijos puedan o incluso que mejore el clima para que los nietos no se enfermen con el frío del sur.

Sí, esos mismos padres amorosos que te entregan los ahorros de su fiesta de bodas para que tu puedas pagar el dividendo de la casa y que te dicen que su mejor regalo es verte tranquila. Esos son mis padres, a los que hoy no tengo nada material para regalarles, solo el mismo amor infinito que ellos me dan día a día y me sana… y estas palabras que hoy sólo son un mensaje de gratitud y amor. 


Comentarios

  1. Que belleza amiga...me haz emocionado...te amo con el alma...de tremendos padres, tremenda hija! Cariños desde el norte, a ti y todos los tuyos. EN ESPECIAL a los.tíos y sus 50 años de experiencia y amor juntos...

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  2. ASI ES EL AMOR DE PADRES MI QUERIDA MARIE ....LO DAMOS TODO...TODO HASTA EL FINAL.
    QUE HERMOSO ESCRIBES PRIMA!!!!.

    TE FELICITO❤❤❤

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  3. Hola hermana, muchas gracias por la invitación a reflexionar con este relato. Más allá de emocionarme y sentirme parte de tu historia has plasmado el amor y la generosidad que día a día ellos nos transmiten a través de tus palabras.
    Muchos cariños y abrazos!!

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